The Wine Bang

LA DIVERSIDAD ENTRE IGUALES​

Por desgracia para los grandes aficionados, ninguna bodega seria que se precie, que pretenda posicionarse en el mercado con un producto reconocible para el consumidor, puede embotellar cientos de vinos distintos procedentes de sus botas «únicas». Sería un sin sentido, teniendo en cuenta además que al año siguiente las nuevas sacas tendrían otras características, como consecuencia de la evolución natural de las botas y de las escalas con las que se vuelven a rellenar.

Estamos viviendo un wine bang redescubriendo los grandes vinos que esperaban en silencio el interés de las nuevas generaciones, con nuevas elaboraciones o antiguas formas de hacer.

Nuevas personas y nuevos vinos, de pago, de añada, recuperando variedades autóctonas y mirando de frente al terruño. En definitiva, tenemos mucho que agradecer a quienes se han empeñado en volver a hacer las cosas bien o incluso mejor que en el pasado. Las bodegas, el sector y Andalucía necesitaban que los mejores vinos del mundo volviesen a ser lo que fueron antes de morir de éxito, aportando mucho más a las economías locales.
Todo proyecto empresarial debe tener como objetivo el crecimiento, ya que la rentabilidad es una obligación, y es esta la razón por la que The Wine Bang nunca será una gran compañía, ni siquiera pequeña.

The Wine Bang nació para el disfrute y consumo propio de sus tres componentes, que seleccionan botas únicas pensando en que son irrepetibles y distintas, incluso, entre sus hermanas. Teniendo en cuenta que las sacas no superan las 10 arrobas y que rara vez se vacían las botas, las unidades de los vinos TWB son limitadísimas. Si tienes la suerte de hacerte con dos botellas, o una familia, tómalas despacio, compara y prepárate para sentir la emoción de reconocer la diversidad entre iguales.

La diversidad entre iguales

 
A menudo la vida nos cuestiona de manera recurrente: ¿Cómo es posible que dos hermanos sean tan diferentes? La ciencia ya lo ha estudiado en campos como la biología evolutiva y la genómica, además de la sociología. Sin despreciar la frustración a la que en ocasiones nos aboca la diversidad de los seres vivos, incluso entre los de la misma especie, la satisfacción que produce conocer a un nuevo individuo, único e irrepetible, es de las mayores emociones que nos brinda la existencia.

Mucho se ha hablado de las características específicas de los ecosistemas donde se produce la crianza biológica de los vinos, diferenciando unas zonas y otras, entre bodegas o incluso barrios. La tendencia actual de incorporar a los vinos la singularidad propia de cada bodega o nave, se ha visto reforzada por un mayor cuidado en la preparación y selección en el viñedo y etapas previas a la vinificación. Incluso hay nuevas propuestas que, mirando al pasado, producen vinos de añadas y de pago, echando a pelear albarizas de aquí y allá y laderas soleadas de las que lo son menos. En la mayoría de los vinos comerciales estos matices se pierden. Unos cuentan que los años de paso por bodega y el resultado de la homogeneización de las sacas previa al embotellado mejora a la mejor de las botas, y otros piensan que el resultado es el mínimo común múltiplo.

Si alguna vez has tenido la oportunidad de registrar botas en una bodega de soleras y criaderas, en primer lugar, te trasladamos nuestra felicitación por haber vivido ese momento.

Además de los pagos, zonas, bodegas, barrios y naves, habrás disfrutado de la diversidad de características y aromas entre unas botas y otras. Más que vinos cataste ecosistemas, cada uno con millones de seres vivos evolucionando y socializando a oscuras desde hace más de dos siglos, lo que estamos seguros te hizo disfrutar una emocionante experiencia sensorial.